Bodega Natural
Este es el último proceso, el que va a determinar la calidad final del jamón. Tras el verano del secadero natural las piezas se bajan a la Bodega Natural que está bajo tierra, para conseguir unas condiciones de humedad y temperatura muy estables a lo largo del año, ya que el jamón en este punto no aguanta bien los cambios bruscos de temperatura ni de humedad.
En este proceso, los hongos específicos de nuestra bodega participarán del proceso de curación y protegerán la cara interna del jamón de una excesiva curación, evitando así, que la capa exterior se seque y se acortece.
Aquellas piezas que lleguen a final de curación, tras 3 o 4 años en función de su contenido graso y su peso, habrán logrado culminar el proceso que empezaría 5/6 años antes en la dehesa.
Sin duda, el jamón de bellota 100% ibérico de Hidalgo es un ejemplo de esfuerzo y artesanía, en el que año tras año, tanto ganaderos como jamoneros trabajamos por mejorar el resultado final del mismo.
Si ha llegado hasta estas líneas, le agradecemos su atención y esperamos que hayamos podido contribuir un poco más en descubrirle este apasionante mundo que es el jamón ibérico de bellota.