Este es uno de los tópicos más escuchados desde siempre, el cerdo ibérico consume bellota desde que nace, pues bien, esto nunca es así. Además, solo el 10% de los cerdos ibéricos consume bellota y éstos sólo lo hacen durante la montanera, es decir, desde octubre hasta febrero, que es cuando está disponible en las dehesas.
La encina es un árbol frutal y como tal no produce bellota durante todo el año, sino que primero tiene lugar la floración en primavera y tras la polinización, el fruto irá creciendo hasta que en octubre, una vez alcanzada la maduración, la bellota se desprenderá del cascabel y caerá al suelo.
Debido al hecho de que las encinas han crecido de forma silvestre en nuestras dehesas mediante reproducción sexual y no vegetativa o asexual, cada encina es distinta de las que le rodena, a diferencia de los monocultivos de otros frutales como el olivo, el nogal, el naranjo, etc., en los que se parte de plantones iguales. Esto hace que las bellotas maduren en momentos distintos a lo largo de toda la montanera e incluso que la vecería de las encinas, no se note tanto como en el olivo, es decir, unas encinas pueden tener más cosecha un año y no el siguiente, al contrario que sus vecinas que lo hagan al contrario, por este hecho, la vecería en las dehesas de encinas no se nota tanto como en los olivares, ya que la cosecha no está sincronizada.
Los cerdos ibéricos de bellota, cuando no hay bellota en la dehesa (desde marzo a septiembre) se alimentan de los disponibles de ésta, como tubérculos, raíces, hierbas y otros pastos. En el verano, cuando hay menos recursos disponibles pueden aplicarse piensos compuestos de cereales y leguminosas, o bien, en aquellas dehesas con una economía circular, los cerdos consumirán podrán alimentarse de los cultivos sembrados de cereales y leguminosas que estarán listos para su consumo a diente durante el verano.